Se debe iniciar la terapia antirretroviral, idealmente durante las primeras dos horas post-exposición y antes de las 72 horas.
Entre más rápido se inicie la terapia, menor será la probabilidad de adquirir la infección. Se recomienda la terapia post-exposición en casos como: i) personas receptoras de una penetración sin protección con una persona VIH-1 positiva; ii) personas que intercambien agujas con una persona infectada; iii) personas víctimas de violación.
Teniendo en cuenta que la terapia tiene efectos secundarios cada caso se debe analizar en forma individual y la decisión de iniciar o no la terapia la deben tomar en conjunto el paciente y el médico.