El camino para la aceptación del diagnóstico de la persona portadora del VIH

Un amigo que convive con VIH me regala una de sus pastillas antirretrovirales, cada que tengo una relación sexual de riesgo. ¿Esto puede ser peligroso?
7 junio, 2018

La persona que acaba de recibir su diagnóstico por lo general siente que la vida está cercana al final; entra en un estado de angustia, temor, confusión, culpa y un sinfín de sentimientos casi imposibles de describir. En este punto del proceso es crucial el acompañamiento de un profesional que con la experiencia acerque a la persona al conocimiento para que comprenda los conceptos básicos del virus para dar respuestas a varios interrogantes que pueden surgir después de la noticia y de este modo desmantelar y derrumbar las falsas creencias que se tienen históricamente a nivel social sobre el virus y mitigar la angustia y el desasosiego por el que muchas personas pueden pasar.

Cuando se habla de aceptación del diagnóstico; nos referimos a la capacidad que la persona tiene de reconocer y asimilar la realidad en la que se encuentra inmersa. Esto se puede lograr cuando la persona reconoce que el diagnóstico no es sinónimo de muerte concientizándose de las diversas posibilidades de tratamiento con las cuales se cuenta en la actualidad y de la importancia de seguir las indicaciones médicas y los controles oportunos.

Durante el proceso de aceptación es importante reconocer que la red de apoyo familiar o social con la que cuenta la persona puede ser de gran aporte para dicho proceso; los sistemas de apoyo para muchas personas portadoras del virus pueden resultar efectivas ya que cuentan con el acompañamiento y el apoyo de algunos seres queridos para que la persona no enfrente sola este episodio de la vida. Sin embargo, para algunas personas puede resultar más conveniente reservar su diagnóstico, además que es un derecho establecido por normatividad, debido a que su núcleo familiar y social no son aptos para entender por múltiples situaciones el diagnóstico (analfabetismo, pensamientos conservadores, exclusión y rechazo por temores asociados al virus, falta de educación, entre otros), o simplemente porque la persona se siente con la capacidad de sobrellevar la situación sola.

Para que la persona pueda llegar a la aceptación y reconocimiento de su condición, es fundamental que se deshaga de culpas o sentimientos de resentimiento frente a la manera de cómo adquirió la transmisión, ya que esto permite que la persona asimile de manera receptiva el diagnóstico y reconozca los aprendizajes que traen las crisis vitales para hacer cambios y tomar decisiones que aporten al bienestar de la persona.

Para finalizar es importante recordar que, para obtener una sana convivencia con el diagnóstico, además de la aceptación, se requiere que la persona cuente con un apoyo profesional que aporte herramientas para obtener recursos que le permitan fortalecer la capacidad para adaptarse positivamente a la situación. Por otro lado, es importante no olvidar que ser portador del virus solo es una característica de las muchas habilidades y cualidades con la que cuenta la persona, ser portador del virus no te hace la personas que eres, ser portador del virus es solo una condición que te no te quita la esperanza y la oportunidad para continuar con tus proyectos y llevar a cabo lo anhelado para tu vida.

Por: Liseth Rivera Jaramillo