Después de hacer el diagnóstico y confirmar que realmente tienes la infección, tu médico de cabecera debe hacerte una historia clínica y un examen físico exhaustivo; para ello debes ser honesto sobre tu estilo de vida actual (tabaco, cigarrillo, psicoactivos, alcohol, sexualidad, pareja actual, etc.) ya que esto provee información útil para tomar decisiones terapéuticas en un futuro. Posteriormente, deberán hacerte diferentes exámenes de laboratorio que le permiten al personal de la salud no sólo conocer el estado de tu sistema inmunológico sino también si sufres de otras enfermedades que requieran atención oportuna. Algunos de éstos son:
Relacionados con el virus:
Conteo de Células T CD4+.
Carga viral.
Genotipificación.
HLA-B*5701.
Para identificar si tienes otras enfermedades o para seguimiento durante la terapia:
Pruebas hepáticas (AST, ALT, bilirrubinas y fosfatasa alcalina).
Pruebas de función renal (Creatinina sérica y uroanalisis).