La infección por el VIH es un proceso muy variable y complejo que depende de muchos factores tanto virales, como del hospedero y de factores externos. La eliminación marcada de los linfocitos T y las infecciones oportunistas que definen el SIDA, se presentan en un promedio entre 8-10 años después de adquirir la infección, en la gran mayoría de pacientes infectados (aproximadamente en el 80%). Sin embargo, hay personas que desarrollan SIDA en un periodo mucho más corto, normalmente antes de cinco años después de la infección. Así mismo, hay personas cuya progresión a SIDA es mucho más lenta y el período asintomático se puede prolongar por más de 12 años.