Cuando el VIH fue inicialmente descubierto, se consideró la posibilidad de que el mosquito estuviera involucrado en su trasmisión, inclusive en los primeros estudios de poblaciones afectadas en 1988 en África, las personas incluidas en los estudios consideraban las picaduras de mosquito del género Aedes como fuentes de la infección por VIH, lo cual no es tan descabellado debido a que los mosquitos son conocidos por ser vectores de diferentes virus como el virus de la fiebre amarilla, zika, dengue y el de la encefalitis japonesa. Además, otros hechos como la alta proliferación de los mosquitos en regiones donde había sido reportada una alta proporción de personas infectadas con VIH llevó a pensar en una relación entre VIH y los mosquitos.
Para determinar si los mosquitos podrían jugar un rol importante en la transmisión del VIH, se pusieron a prueba 3 mecanismos teóricos por los cuales el mosquito podría transmitir el VIH:
Un mosquito ingiere el virus de la sangre de una persona infectada y se lleva a cabo la multiplicación del virus en su interior, el cual puede migrar hacia las glándulas salivales. Posteriormente, cuando el mosquito toma sangre de una persona no infectada, transfiere el VIH desde sus glándulas salivales. Este mecanismo es el utilizado por el virus dengue y el de la fiebre amarilla.
En muchas ocasiones puede detenerse el proceso de la ingesta de sangre por el mosquito desde una persona infectada debido a mecanismos de defensa naturales como impedir la picadura de un mosquito. Bajo este escenario, el mosquito podría arribar en la piel de una persona no infectada, y transmitir partículas virales adheridas en su probóscide durante el nuevo intento de ingerir sangre. De esta manera, la replicación del virus no ocurren en el interior del mosquito. Aunque este mecanismo no es muy común durante la transmisión de virus mediante los mosquitos, otros insectos, como la mosca pueden transmitir el virus que causa la poliomielitis.
El aplastamiento de un mosquito cuando es visto en la piel humana es instintivo como mecanismo de protección; sin embargo, cuando un mosquito tiene partículas virales en su probóscide similar a lo que sucede durante la transmisión mecánica, y además el aplastamiento del mosquito ocurre en una herida o región expuesta al torrente sanguíneo de una persona no infectada, podría llevar a comenzar una infección viral.
Para la transmisión biológica, el virus debe mantenerse vivo en el interior del mosquito hasta su transmisión. Ha sido demostrado que el VIH desaparece rápidamente en el interior del mosquito, al tiempo que el mosquito digiere la sangre que consume, de tal manera que el virus no se reproduce, ni invade las glándulas salivares.
Por otro lado, la transmisión mecánica ha sido encontrada en infecciones con una alta concentración de partículas virales en el torrente sanguíneo, lo cual no es común en pacientes con SIDA, además la cantidad de sangre tomada por un mosquito está entre 1 y 3μL. Aunque pudieran ser transmitidas partículas virales, estas partículas serían demasiado pocas para infectar a una persona. Consecuentemente, cuando hay aplastamiento de un mosquito que ingirió previamente sangre con partículas de VIH en zonas expuestas al torrente sanguíneo, tampoco serían transmitidas la cantidad suficiente de partículas virales para comenzar una infección.
Aunque existan varias maneras en las cuales los moquitos transmitan los virus como las que fueron descritas, hasta hoy no ha sido documentada alguna evidencia que nos permita concluir que el VIH pueda ser transmitido mediante mosquitos.
Fuente: Can mosquitoes transmit AIDS? MOSES J. BOCKARIE AND RAYMOND PARU.