A pesar de lo interesantes que puedan ser estas historias fantasiosas que generan paranoia colectiva, la historia de cómo surgió el VIH dista de ser un invento de grandes gobiernos o corporaciones farmacéuticas. Actualmente, con técnicas de secuenciación genómica (aquellas que nos permiten el análisis del ADN y el ARN de las distintas especies) nos han permitido conocer que el VIH es un virus derivado del VIS (Virus de la Inmunodeficiencia Simiana) el cual padecían algunas especies de chimpancés, se cree que aproximadamente en 1900 el virus hizo un salto de especie a la raza humana y los mecanismos más probables fueron a través de la caza y el consumo de la carne de estos animales, inicialmente, la infección estuvo confinada a poblaciones africanas pequeñas hasta que a través del Río Congo llegó a núcleos urbanos de más rápida propagación, allí el virus se diseminó a través del contacto sexual hasta que aproximadamente en 1970 llegó al mundo desarrollado a través de viajeros misioneros haitianos que hacían viajaban a África; finalmente, en 1980 se detectaron los primeros casos en San Francisco, Estados Unidos y se inicio una carrera no sólo para detectar el microrganismo sino para buscar un medicamento que permitiera a los afectados tener mayores esperanzas de vida.
Si quieres saber más sobre el tema, puedes revisar la siguiente entrada: ¿Cuál es el origen del VIH?
Este mito en particular es muy peligroso. Antes que nada, queremos que sepas varias cosas: la infección por VIH es lenta, eso quiere decir que para que una persona con la infección tenga síntomas graves puede pasar mucho tiempo (desde 5 hasta 10 años, en promedio), pero durante todo ese tiempo, el sistema inmune que nos protege de la infecciones se ha estado deteriorando progresivamente; esto último es lo que se quiere prevenir con el uso de los medicamentos llamados antirretrovirales que mantienen la replicación del virus a niveles muy bajos. Sin embargo, es siempre importante saber que TODOS los medicamentos que tomamos tienen efectos adversos, los antirretrovirales en particular, pueden causar malestar gastrointestinal, dolor de cabeza, ansiedad, muchos de ellos pueden desaparecer con el transcurso del tiempo o si no lo hacen y te impiden tu vida cotidiana, siempre puedes hablar con tu médico para hacer un ajuste en la terapia. Lo importante entonces es saber, que si debes iniciar la terapia antirretroviral no debes detenerla a pesar de la información engañosa que puedas encontrar en algunos sitios de internet o proveniente de otras personas, sino que debes llenarte de valentía y fuerza para continuar con la terapia y solucionar tus dudas con tu médico de confianza.