Es importante hacer énfasis en que la convivencia familiar, laboral, escolar o social no contempla ningún riesgo para adquirir la infección por el VIH.
Está claramente demostrado que el virus no se adquiere al compartir platos, beber del mismo vaso, compartir alimentos o usar la misma ducha, sanitario, piscinas, y lugares públicos en general con personas infectadas. El VIH tampoco se transmite por el agua, por el aire ni a través de animales o insectos.
Fluidos corporales como el nasal, la saliva, el sudor, las lágrimas, la orina o el vómito tampoco son infecciosos a no ser que contengan sangre.
En resumen, el riesgo es prácticamente inexistente si se tienen las precauciones adecuadas como no compartir objetos corto punzantes, cuchillas, máquinas de afeitar y utilizar una barrera física, tipo guantes en el caso que se le vaya prestar asistencia a un individuo infectado que presente una herida abierta.