En los últimos años, la ciencia ha conquistado una victoria: la infección por VIH/ sida ha dejado de ser una enfermedad mortal y se ha convertido en una infección crónica, una infección que se controla con un tratamiento adecuado.
Si un niño con infección por VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana), recibe un tratamiento adecuado, cumple con él, junto a una buena alimentación y otras medidas de prevención, tiene altas posibilidades de vivir muchos años, de llegar a la vida adulta y disfrutar de ella.
Uno de los retos actuales, es integrar adecuadamente al niño con VIH a la sociedad y proporcionarle las mejores oportunidades para que se desarrolle plenamente, en forma autónoma y permitirle que sea un individuo feliz.
En la mayoría de las circunstancias, el mejor ambiente para el cuidado del niño con VIH es su propia familia o familiares sobrevivientes. Por ningún motivo debe entenderse que su sola condición de infección por el VIH justifica que sea institucionalizado en un albergue.
De acuerdo a la convención de los Derechos del Niño suscrita por Colombia, el niño infectado con VIH tiene los mismos derechos que todos los demás niños, y dentro de éstos queremos destacar:
Adicionalmente, dentro de la legislación colombiana, contamos con el Decreto 1543 de 1997, que en su artículo 21, prohíbe la exigencia de pruebas de VIH como requisito para la admisión a centros educativos o recreativos, entre otros. Además en su artículo 39 contempla el derecho a la No discriminación, así: “A las personas infectadas por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), a sus hijos y demás familiares, no podrá negárseles por tal causa su ingreso o permanencia a los centros educativos, públicos o privados, asistenciales o de rehabilitación, ni el acceso a cualquier actividad laboral o su permanencia en la misma, ni serán discriminados por ningún motivo”.